Jonathan Anderson debutó con su primera colección femenina para Dior, en un show que combinó historia, audacia y un toque de riesgo. El arranque, acompañado de un video de Adam Curtis que mezclaba referentes icónicos con escenas de terror, marcó la magnitud del desafío: heredar una de las casas más influyentes de la moda.



La propuesta recorrió desde reinterpretaciones del mítico Bar jacket hasta vestidos de encaje ligero y juegos con siluetas de princesa. Hubo contrastes de alta costura y guiños urbanos con jeans, polos y capas versátiles. Todo bajo la mirada de un director creativo que sabe mezclar pasado y presente con ironía y frescura.



En redes, sus fanáticos celebraron con entusiasmo cada gesto, pero también emergió la sensación de que la colección no alcanzó del todo las expectativas del comprador clásico de la maison. Anderson, que revolucionó Loewe, parece dispuesto a hacer lo mismo con Dior, aunque el camino recién comienza.