Viktor & Rolf transformaron la histórica Salle Wagram de París en un nido de fantasía con una colección de alta costura protagonizada por plumas. Aunque nunca habían trabajado este elemento antes, decidieron explorarlo como símbolo de libertad y teatralidad.



La propuesta incluyó 30 looks divididos en 15 pares: uno exagerado con volúmenes inflados de plumas coloridas hechas a mano; el otro, una versión minimalista del mismo diseño. El contraste entre lo exuberante y lo sobrio fue el eje del desfile, con zapatos de satén firmados por Christian Louboutin y sombreros esculturales del icónico Stephen Jones.



Entre guiños al pasado victoriano, faldas globo rosa y capas en ruffles negros, la colección se movió entre el arte y la moda real. El nombre, Angry Birds, fue elegido por su sonoridad absurda, al estilo de su exitoso perfume Flowerbomb.



Una muestra de que el humor, la ironía y el drama pueden convivir en la alta costura con total elegancia.