Para esta temporada uno de las pasarelas más esperadas fue la de Alexander McQueen. Su nuevo diseñador, Sean McGirr, se inspiró en las colecciones pasadas de Lee McQueen, buscando una silueta comprimida y una sensación de agresión divertida. El show, celebrado en un local de estilo industrial en París, reflejó las raíces vanguardistas de la marca. McGirr se inspiró en fotografías de las pasarelas icónicas; ‘Banshee’ para otoño/invierno 1994 y ‘The Birds’ para primavera verano 1995, cómo también en figuras cercanas a la marca como Kate Moss, con el objetivo de capturar una vibra de glamour rudo y opulencia dañada.

Experimentó con la constricción y la liberación, incorporando ráfagas de prendas de punto con apariencia de piel y elementos punk de bricolaje. Los diseños de McGirr incluían cortar y reutilizar objetos encontrados, lo que refleja una rebelión contra las redes sociales. Si bien se mantuvo fiel al estilo característico de McQueen, McGirr introdujo un toque urbano y mostró su herencia irlandesa con detalles únicos como botas con cascos de caballo.

En general, ha sido fuertemente criticado en redes, solo nos toca esperar ver cómo evolucionan sus ideas para la firma bajo su dirección.