Moschino nos propone una temporada llena de opulencia, elegancia y excesos que podemos encontrar dentro de una mansión. Vimos desfilar una gran cantidad de muebles y elementos barrocos; desde un reloj de péndulo antiguo hasta un arpa.
Haciendo a un lado el elemento de fantasía de la puesta en escena, Jeremy Scott reinventa el clásico de la marca, el ‘dinner suit‘ y expande la idea de utilizar cubiertos como accesorios a otras piezas de la colección. Moschino brilla en la ejecución de los trajes sastre de botones en forma de llaves de grifo. El trabajo artesanal se hizo presente en dos looks confeccionados en cuero rojo, en donde el repujado simula las molduras de las puertas de una mansión.
No podemos dejar de pensar en el ‘Little Black Dress‘ de Bella Hadid y en el traje sastre en tono azul imperial con detalle de ojo de cerradura en el pecho. Nos parecieron ingeniosas las telas estampadas imitando cortinas de terciopelo. Y de ensueño el vestido con estampado de ‘chandeliers’ bordados que utilizó Mariacarla Boscono.
Detalle de ojo de cerradura. Estampado de cortina de terciopelo. Estampado de chandeliers bordados.
Gigi Hadid, imagen de la firma italiana, fue la encargada de cerrar el show, en un impresionante vestido dorado.